«On The Sidelines!» Entrevista con Roger Houdaille, Ex Norwegian

exnor

por Esteban Cisneros*

No exagero si digo que Ex Norwegian es uno de mis grupos favoritos de siempre. Tampoco exagero si digo que Roger Houdaille es uno de los compositores pop más brillantes de estos tiempos. A pesar de haberlos conocido hace relativamente poco, han sido banda sonora de innumerables tardes y noches. A pesar de ser un grupo con una trayectoria breve, han grabado ya siete álbumes, lanzado singles a diestra y sinestra (cada uno mejor que el anterior), girado por Estados Unidos e impresionado a más de un cínico. Puro talento. Pure gold, como se titula uno de sus discos, mi favorito. Si hay que escuchar a alguien en estos días, es a Roger y a Michelle Grand -su cómplice usual- y a sus cófrades.

Sin embargo, Ex Norwegian es más un proyecto errático, gitanesco, cuyos miembros (cambiantes), historias, temas e ideas giran en torno a Roger. Conversé con él (la conexión León-Miami) durante algunas noches del aciago otoño de 2016. Y fue una gozada. Dejamos cualquier tipo de tema político de lado (nuestras desavenencias en el tema son insalvables) y hablamos de lo que realmente importa: música.

Vale la pena leerlo. Vale la pena escucharlos. Porque, lo repito, Ex Norwegian es uno de mis grupos favoritos de siempre. Y, siendo franco, no puedo estar tan equivocado.

¿Cómo comenzaste en la música?
Siempre fui muy creativo. Me gustaba la geografía y jugaba a inventar mi propio país, con todo y atlases. Me gustaban los autos y creaba mis propias marcas y catálogos. Era divertido, pero inútil. La música comenzó a interesarme alrededor de los diez u once años, y pronto empecé a hacer canciones y grabaciones que parecían tener futuro. No he parado desde entonces.

¿Cómo fue tu introducción a la música? ¿Fue gradual o hubo una epifanía?
Sí fue un poco epifánico con la música de los Beatles. De ahí pasé a Badfinger. Luego, The Who. Y los Kinks. Jethro Tull también era grande, entonces. Ese fue mi camino hacia la música que escucho aún hoy, primordialmente de los 60 y 70. Aprendí escuchando. Recuerdo dedicarme a escuchar al menos dos horas, todos los días. Me lo tomaba muy en serio.

¿Creciste en Miami? ¿Cómo era tu ambiente y tu familia?
Sí, soy nativo de Miami Beach. Viéndolo en perspectiva, crecer ahí fue muy interesante. No es un lugar  muy típico, puede ser muy relajado y bonito, con un clima cálido. La música que escuchaba me transportaba a lugares más fríos y tristes pero, por alguna razón, eso me gustaba. Pasé mucho tiempo en Guatemala también, con mi familia cercana que vivía un tiempo ahí y otro en Miami. Me encantaba estar en Guate, de donde es mi madre. Es en parte francesa y mi padre es descendiente de alemanes, como el abuelo de mi madre. Una mezcla total.

¿Cómo comenzó Ex Norwegian? ¿Fue espontáneo o planeado? ¿Y qué hay de ese nombre? Me encanta, sobre todo porque es una referencia a Monty Python…
Es una larga historia… Comencé a partir del estímulo de cierta gente que me sugería formar una banda y tomármelo en serio. Mis esfuerzos previos habían sido siempre poco enfocados y nada ambiciosos. Cuando inicié esta banda, hice lo opuesto.

En 2007 saqué un disco solista, “Ginger, Baby” (una canción que luego reaparecería en un álbum de Ex Norwegian) bajo el nombre artístico Father Bloopy. Fue la primera vez que invertía dinero en un proyecto, y también la primera vez que lideraba un grupo y tocaba mi propio material en vivo de manera regular. No quería que todo recayese en mis amigos musicales de siempre. Pregunté a mi amiga Nina Souto, pues yo sabía que tocaba guitarra clásica y era una gran fanática de la música, si quería aprender y tocar el bajo en una banda. Se emocionó y accedió y los dos nos convertimos en el núcleo de Father Bloopy en vivo.

Era muy divertido, pero aún muy despreocupado y sin mucho foco. Fue la primera vez que comenzaron a escribir reseñas sobre mi música y casi todas eran buenas, pero a nadie le gustaba el nombre. Tras unos meses, sabía que había que tomar decisiones serias. Necesitaba una banda de tiempo completo y un cambio de nombre. Es un asunto siempre truculento, lo del nombre, y en un acto desesperado puse de fondo el Flying Circus de Monty Python un par de días, esperando que mi oído captara algo. Y sí, escuché la frase “Ex-Norwegian” y me quedé con ella. No fue muy pensado. Le quité la raya, porque no me gustaba cómo se veía.

Se ve mejor así: Ex Norwegian. Han sido muy prolíficos… un montón de álbumes, singles, cassettes… y varios cambios de alineación.
Sí, la discografía de Ex Norwegian es extensa, inspirada en mi gusto personal como fan de la música y coleccionista. Me gustan las discografías complicadas y extensas. En este punto tenemos siete discos largos oficiales. ¡Es un logro que me enorgullece! Me entristece que todos han permanecido muy subterráneos. Pero existen, al menos.

En los primeros días éramos cinco en la banda, con Nina Souto al bajo, Arturo García en la batería y Guillermo González (alias Billie G) en la guitarra, más Michelle Grand haciendo voces. Sin embargo, Michelle no podía comprometerse del todo porque aún estaba en la prepa. Billie G eventualmente se fue y nos quedamos como trio y así grabamos el álbum Sketch (2011).

De todos los discos, diría que este es el único verdaderamente “de grupo.” Al final de la gira de Sketch, Nina y Arturo comenzaron a salir juntos y hubo una pérdida significativa de interés en el grupo, al menos desde mi perspectiva. Eventualmente terminamos e incluso tocamos un show de despedida en marzo de 2011. Fue la última vez que tocamos juntos, pero al final de ese año relancé Sketch en Dying Van Gogh Records y necesité hacerle promoción. Fue que tomé la decisión de seguir con Ex Norwegian, sin importar el personal. Desde entonces, cada gira y cada disco son distintos. Por ejemplo, en Pure Gold (2015) contamos con todo un grupo en vivo y en Glazer/Hazerr (2016) prácticamente fui yo solo. Nada ha sido planeado. Me dejo llevar, hoy más que nunca.

¿Cuál de todos tus discos es tu favorito hasta ahora?
Es muy difícil escoger un favorito. Disfruto escuchar algunos, pero no disfruto los recuerdos. El primer álbum, Standby (2009), tiene un algo de encanto inocente que ya no somos capaces de reproducir. A veces me pongo a pensar en esos días cuando la inspiración anda baja. Con pocas excepciones, todas las grabaciones de Ex Norwegian han sido hechas en estudios caseros. Esa es otra razón por la que hemos podido grabar tanto.

¿Cuál ha sido la mejor alineación? Debo confesar que cuando me enganché con Ex Norwegian, Michelle tuvo mucho que ver: su voz y su look, espectaculares.
Hay una excelente química entre Michelle y yo cuando se trata de armonizar. Por eso los dos últimos discos son casi todos temas cantados entre los dos. En Pure Gold logré que cada integrante cantara al menos una canción. Me encantaría grabar más discos como banda, pero no ha sido posible. La mejor formación del grupo ha sido la más consistente: el trío con Nuna y Arturo. Tocábamos todo el tiempo. Desafortunadamente, la escena en el sur de Florida estaba muy quieta en ese entonces y nos consumimos muy rápido.

Disfruté mucho irme de gira con ellos. Rearreglé muchas canciones para que fuesen más directas y tuvieran un feel más relajado, pero manteniendo bien ajustadas las estructuras musicales y vocales. Sólo deseo haber podido tocar más en vivo. Algunas grabaciones de gira fueron acopladas para un lanzamiento exclusivo para Bandcamp titulado No Refunds. ¡Y estoy feliz de poder decir que nadie pidió un reembolso!

¿Cómo es la escena musical en Miami, en general?
Para el rock independiente es muy duro. Hay diferentes camarillas de grupos y lugares pero no hay una escena cohesiva. Siempre hay intentos de conformar una gran escena, pero no ha cuajado y de eso hace mucho, antes de mis tiempos, desde los 80 o 90. He escuchado que entonces se hacían filas para entrar a los clubes. La música en vivo, en general, era más popular. Por supuesto que hoy el EDM, la música latina y el hip-hop son cosa grande acá, pero no soy la persona adecuada para hablar de esas escenas.

Nosotros nos ubicamos en los márgenes, on the sidelines como la canción. Tocamos con gente de cualquiera de las camarillas, de las escenas, pero no somos fijos de ninguna.

Acerca del más reciente disco, Glazer/Hazerr. ¿Qué hay de ese título? ¿Cómo fue el proceso de composición y grabación?
No pensé en este disco como el sucesor de Pure Gold. Me puse a pensar en nombres marchosos y modernos para una banda y salieron las palabras Glazer y Hazerr. Pensando en que era otro proyecto, probé con nuevas cosas y no me preocupó sonar como en discos previos. Pero al final no tenía mucho sentido sacar un disco bajo un nombre nuevo, así que se convirtió en el séptimo álbum de Ex Norwegian. Originalmente era un disco doble, de ahí que sean dos nombres con todo y diagonal…

Como lo entiendo, se trata entonces de un esfuerzo en solitario. ¿Alguno de los chicos de la formación de Pure Gold colaboró, además de Michelle en las voces?
Técnicamente sí, tenemos al mismo baterista, Fernando Perdomo, en ambos discos. Después de la gira que hicimos para Pure Gold, Lucas, el guitarrista, tomó su bicicleta y se fue a San Francisco. Para este disco no teníamos mucho tiempo para grabar en estudio y lo completé casi yo solo. Michelle me ayudó con un par de letras. Me pasé uno o dos meses tan solo en la preproducción, algo que nunca algo. Enviaba las canciones a cierta gente para ver qué me decían de ellas, y así. Y, como ya dije, originalmente era un nuevo proyecto. De hecho intenté venderle un demo de 7 tracks a varios sellos independientes pero no hubo mucho interés. Mejor junté unas canciones más y lancé el álbum.

¿Por eso tuvo un tiraje tan limitado? Por cierto, ¿qué tan bien funciona Bandcamp (y los servicios de streaming en general) para cosas como esta? ¿Cuáles son los pros y las contras?
Los dos últimos discos fueron de tiraje limitado. No los manufacturamos del modo tradicional, fue más bien bajo pedido. Funciona bien con las plataformas en red. Soy muy fan del streaming, particularmente de Spotify. Es impresionante tener toda esa música en la punta de tus dedos. Ojalá en cuanto a negocio fuese más justo, pero la industria musical nunca ha sido justa. De hecho, estos tiempos podrían ser los mejores para los artistas, gracias a la Internet y las plataformas digitales.

¿Crees que así debe hacerse ahora, que los músicos deben adaptarse a lo digital? ¿O los discos físicos volverán a ser los protagonistas?
Parece que el vinilo ha vencido en cuanto a formatos físicos, para aquellos que les gusta, a los CD. Incluso las cintas han regresado. Creo que la tendencia seguirá en esa dirección, con librerías digitales más vinilo o cinta como las maneras comunes de presentar la música grabada.

Ustedes han lanzado música en todos los formatos físicos y digitales. ¿Cuál les ha funcionado mejor?
El CD es mi favorito. Crecí con él. Me encantaban las cintas y de niño siempre estaba grabando cassettes. Y me encanta el vinilo, pero es un dolor de cabeza prensarlo. Quisiera hacer una recopilación de nuestra música en LP. Al menos algunas de nuestras canciones han salido en vinilo. Lo que sí: ¡ya no puedes vender CD!

Hablando de eso: ¿cómo han vendido más copias? ¿En tocadas, en línea, en tiendas?
Hoy, definitivamente en línea, en Bandcamp y en nuestra tienda online. Creo que no nos hemos preocupado mucho en llevar mercancía a las tocadas en el último par de años. Al principio, el negocio era próspero. Tuvimos buena distribución para los primeros dos discos gracias a Dying Van Gogh, que éramos un amigo y yo, básicamente. Pero teníamos algo de dinero y pudimos promocionar bien los lanzamientos. Era un vehículo para nuestras propias bandas, en realidad. Pero tuvimos un hit Billboard con un sencillo de Ed Hale, «Scene in San Francisco«. Fue nuestro punto más alto, pero todo duró poco. Es difícil llevar tu propio sello con amigos que también son artistas. Y al final se nos cobró.

 

Volvamos a Ex Norwegian. ¿Cómo ha sido tocar en vivo, con todos los cambios de alineación
¡Muy inconsistente! Me da mucho trabajo extra eso de volver a arreglar los temas para las distintas formaciones. Pero también mantiene interesante el asunto.

¿Recuerdas una o dos tocadas especialmente buenas? ¿Y, tal vez, una mala?
Ha habido muchos grandes shows. Disfruté mucho nuestra última tocada en Nueva York. Fue especial porque el grupo de Artie LaMonica abrió para nosotros – él es el tipo que escribió “Tell Me Your Plans.” Y el público fue genial y fue la última fecha de la gira de Pure Gold, así que fue memorable.

Siempre recordaré el primer verdadero show de Ex Norwegian. Tocar “Don’t Bother.” Fue muy eléctrico. La energía, la novedad. Hemos tenido muchas tocadas malas. Dificultades técnicas y todo ese rollo. Y entonces, hubo un show en que toqué casi inconsciente de pedo. Me acuerdo que me subí y me bajé del escenario, pero nada más. Fue el punto más bajo de la banda. Michelle estaba furiosa conmigo y nos separamos por un año entero. ¡Aparentemente me la pasé cayendo sobre ella!

¡Carajo! Y… ¿qué sigue para Ex Norwegian?
Buena pregunta. Honestamente, no sé. Podría haber una pequeña resurrección y al menos otro disco con shows en vivo… o podría todo esfumarse.

¿De qué depende?
De mis niveles de energía. De los intereses y las oportunidades de la otra gente. Para “salvar” el grupo necesitamos que suceda algo impresionante, como que una canción aparezca en un programa o una película, algo en ese sentido. Romperla de algún modo.

¿Tienen muchos seguidores por allá? ¿Fuera de Miami? ¿Cómo les ha ayudado Internet a llegar a otros públicos?
¿En Miami? No, ya no. Y es resultado de muchas cosas. Tener distintas formaciones todo el tiempo no ha ayudado. Pero me encuentro con mucha gente en la escena que ha escuchado al grupo o que nos ha visto tocar.

Nos va mucho mejor fuera del sur de Florida gracias a Internet. Y nos han reseñado nacional e internacionalmente y eso ayuda. ¡Me enteré recién que la revista Shindig! sacó una reseña de Glazer/Hazerr!

Yo veo a Ex Norwegian como una banda de nicho. Es esencial encontrar nuestro público, pero está distribuido alrededor del mundo. Me parece sorprendente que estés en México y hayas escuchado de nosotros.

¿Cómo ven a México desde allá?
Acá en el sur de Florida no nos fijamos mucho en México, para ser honesto. Hay muchas comunidades cubanas y argentinas, pero no muchos mexicanos. Mi visión personal es que pasan muchas cosas geniales en el plano creativo, con la arquitectura y todo eso.

Nociones generales y un poco imaginarias. Es comprensible, supongo…
Ja, sí. Tengo un par de amigos con los que hablaba hace ya algún tiempo, y al hacerlo sentía que México era muy diferente a lo que uno tiene en mente. Pero, de nuevo, cosas súper vagas. Me parece divertido, eso sí, que un mexicano, el billonario Carlos Slim, sea el dueño del New York Times.

Ahora, la pregunta molesta pero necesaria. ¿Puedes nombrar diez discos esenciales para ti?Mencionaré diez que han sido de gran influencia en mí y, por tanto, que ha pasado a Ex Norwegian. No van en algún orden particular:

  1. The Kinks, Village Green Preservation Society
  2. Amon Düül II, Vive La Trance
  3. Badfinger, Straight Up
  4. Jethro Tull, Stand Up
  5. The Who, Who’s Next
  6. Fairfield Parlour, From Home to Home
  7. Cardigans, First Band on the Moon
  8. Cake, Fashion Nugget
  9. Rex, Electric Warrior
  10. Family, Bandstand

Para cerrar, ¿algo que quieras añadir o recomendar?
Me encantaría regresar a los buenos momentos de Ex Norwegian. Siempre es con gente, en shows o después, en la carretera. ¡Esos son los mejores tiempos! Tocar ante públicos que nos aprecian. ¡Espero ir algún día a México, guitarra en mano!

Serás bien recibido.

Noviembre 2016

C/S.

*Esteban Cisneros (León, Guanajuato) es panza verde, músico de tres acordes, lector, escritor, dandi entre basura. Cuanto sabe lo aprendió entre surcos de vinilo y vermú. Cree con fervor que la felicidad son los 37 minutos que dura el primer disco de Dexys Midnight Runners. Procura llevar una toalla a todos lados por si hay que hacer autoestop intergaláctico.

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