Esteban Cisneros: Rapsodia americana. Una celebración por los 100 años de ‘Rhapsody in Blue’ de George Gershwin

por Esteban Cisneros*

i

ven y mira
noviembre de 1923
éva gauthier,
la perséfone de java,
actúa en nueva york, of all places
y la marquesina dice jazz
y la marquesina dice clásico
y los puristas ni se enteran
pero los que sí están
escuchan el futuro

ii

ven y mira
esta es la escena:
el salón de billares ambassador
entre broadway y la 52
buddy de sylva va con poca piedad
ganándole la partida a george gershwin

ira gershwin, el hermano,
interrumpe
uno diría que por lealtad fraterna
para evitar la humillación del juego

y quizás sea así,
pero la charada resulta convincente:

agita un periódico
el new york tribune
fechado cuatro de enero de 1924
lee con acento, con voz de letrista
con irritante teatralidad

la noticia:
george participará de un jazz concerto organizado por paul whiteman

george termina su tiro
un tiro que va a ningún lado
y responde que todo es mentira
que nunca participará de un jazz concerto organizado por paul whiteman
esa invitación fue rechazada ha tiempo ya
pero, ya puestos a ello,
la mentira publicada no parece mala idea

al día siguiente
al teléfono con whiteman
gershwin se entera de que vincent lopez
el viejo archirrival
el siempre nuevo archirrival de whiteman
quiere hacer un concierto experimental
¡jazz y clásico! ¡ya lo hizo gauthier antes!
y va a robarles titulares
en una de esas
una página completa en los libros de historia

gershwin dice que sí
porque el ego y la historia son amantes que se buscan
aunque casi nunca con fortuna
casi siempre con tormento

instigar al destino
es de las tentaciones
a veces la más grande

iii

ven y mira
no hay tiempo:

cinco semanas apenas
si todo quiere caer en su lugar

ya se pagó el arriendo del aeolian hall
en el aeolian building entre west 42 y west 43
al norte de bryan park
fecha doce de febrero
pagado
facturado
para celebrar el cumpleaños de lincoln
el canónico cumpleaños 
del canónico lincoln

en un tren a boston
george gershwin escucha el motor
escucha las ruedas en las vías
escucha por primera vez en su cabeza
esa música, sístole y diástole,
dos pianos en blao connubio
la idea de una rapsodia americana

iv

y qué es américa, en realidad
qué es
este continente nuevo
pero viejo
construido
pero arrasado
refugio de millones
cementerio de otros tantos
la nueva tierra prometida
marcada por éxodos perennes
cuna del nuevo imperio
lecho de muerte de la cultura

qué es américa
y qué son los estados unidos
una idea un territorio
arquetípica noción
un territorio con apenas nombre:
una denominación política genérica
fundida con el caprichoso nombre de vespucci
que terminó por designar
el síntoma más grande de la confusión de lo moderno

y la costa este
de ese endriago longitud 97°0’0’’ latitud 38°0’0’’
palpita con cada caricia de las yemas del atlántico
cuya resistencia no fue tal contra las tercas naves

hierve con cada aliento
que se mezcla en un ventarrón babélico
todas las lenguas todas las maneras todos los mundos
todas las ansias todos los sueños
todos
todo
en torno a una nueva jerusalén de acero y concreto

v

y los hombres plantaron cimientos
y cultivaron rascacielos
confeccionaron vísceras de combustión interna

al no poder construir nuevos países
concibieron barrios con banderas
nunca habían visto tanta tierra firme
tanto espacio libre por ocupar

y se sintieron inmensos
aunque su tamaño nunca cambió:
cuánto espacio y cuánto tiempo

cuántos recursos
para alistar de una vez el nuevo cataclismo

los vicios de la vieja tierra
tornaron en hábitos en la nueva

el flamante siglo renovó permisos
fronteras dúctiles
cada vez más
fronteras rígidas
cada vez más

accion
reacción

vi

ven y mira

buques estatuas zapatos
ascensores trompetas tableros de ajedrez
pelotas de goma
balas peluquerías pinturas al óleo
aceras bagels poodles
semáforos pinos vestidos de noche
martinis farolas té de menta
trenes patos violines
cámaras
alfombras aviones ratas
platos rebosantes de pasta
transistores traductores hoteles
bastones marionetas rayos x
sombrillas coladeras ballet
radiadores tormentas foulards
el gato félix
relojes bicicletas maniquíes
violonchelos humo teléfonos
un río

vii

el invierno
es, cuando se quiere,
la excusa perfecta
para jugar a dios

viii

una tarde nevada
doce de febrero
un experimento en música moderna

en los asientos
gente del vodevil
cantantes de ópera en decadencia
cantantes de ópera en su cénit
timadores con corbatas anchas
pérfidas flappers
músicos de tin pan alley
músicos de esquina
músicos de conservatorio
músicos de latas de conserva
curiosos
desocupados
una que otra gente de bien
un programa largo
como un día de clases

casi al final:
despertad
todo está a punto

un clarinete
un glissando
un relámpago

veintitrés músicos
veintitrés millones de notas
gershwin al piano
gershwin, por algunos minutos, al timón de la historia

y, en un instante,
nadie
casi nadie
absolutamente nadie
extrañó la quinta sinfonía

que colón descubra mil continentes
el fuego es poca cosa
lo es la rueda

cuando termina la música
el silencio
clausura el mundo hasta entonces conocido

cuando termina la música
el aplauso
inaugura un universo hasta ahora ignoto

ix

ven y mira
esta es la escena:
de pronto una orquesta
es la voz de dios
de pronto una música
es el tiempo mismo

ven y mira
ven
y
escucha

el eco
de una estrella
que explotó hace cien años

el sonido
de una luz
que fulgura como nueva

C/S.

El 12 de febrero de 1924, hace cien años, se estrenó en público Rhapsody in Blue, la obra maestra de George Gershwin. Un hito en la historia de la música. Celebremos.

*Esteban Cisneros (León, Guanajuato) es panza verde, escritor, músico de tres acordes, lector, dandi entre basura. Cuanto sabe lo aprendió entre surcos de vinilo y vermú y los Beatles. Está convencido de que la felicidad son los 37 minutos que dura el primer disco de Dexys Midnight Runners. Procura llevar una toalla a todos lados por si hay que hacer autoestop intergaláctico. Edita el fanzine y blog La Trampa del Bulevar y ha colaborado con periódicos, revistas de circulación nacional, otros fanzines y revistas digitales; actualmente escribe en su Substack. Su libro Van Dyke Parks (un poemario sobre el genial músico estadounidense), está disponible en Amazon.

2 comentarios

  1. SALUDOS CORDIALES ESTEBAN.

    Hasta ahora me llegó un artículo sobre Parménides, mi hermano y de ya hace un buen. Pero la buena escritura permanece y sigue vigente. Me pareció excelente y muy atinado en su atmósfera y onda. Leo tus textos y los de música son de lo mejor, y tu gran conocimiento de la música popular negra norteamericana, tal como lo decía y escribía Parme. Ahora música popular gringa, por las ondas actuales de la geografía. Saludos y Felicidades por tu dedicación a la escritura. Y a la onda rocanrolera y más.

    Edmundo García Saldaña.

    • Saludos, Edmundo, y un honor. Gracias por leer y por tus palabras, significan muchísimo. La herencia de Parme es, justamente, la de escribir y no parar. ¡Un abrazo!

Deja un comentario